lunes, 13 de febrero de 2012

Comunicación de vacas flacas

Circula con frecuencia la afirmación de que la izquierda en España sabe comunicar mientras la derecha no sabe. Creo que es una generalización excesiva y que no resiste la crítica histórica. Por ejemplo, en los años noventa el liderazgo de Aznar en el Partido Popular se notó también en una mayor profesionalización de la tarea de comunicar lo que se hacía, primero desde la oposición y luego desde el gobierno. Y así llegó la primera mayoría absoluta del PP en el año 2000, llevada a cabo de forma inteligente desde el punto de vista estratégico. Se tiende a pensar que las victorias del PP han sido más por demérito del rival que por los propios aciertos, cosa que tampoco comparto.

En todo caso, me interesa recalcar el hoy y ahora, léase febrero de 2012, de la comunicación del nuevo gobierno de Mariano Rajoy. Es lo que podríamos denominar comunicación de vacas flacas porque los tiempos han venido así dados. Es todo un reto el que tienen ante sí los estrategas del gobierno y del PP para hacer de la necesidad virtud. Es más fácil y placentero, qué duda cabe, comunicar buenas noticias. Mucho más complicado resulta, y esa es la tesitura presente, tener que pintar el próximo panorama económico muy negro por un tiempo y, sin embargo, tratar de suscitar y vender esperanza. El tiempo juzgará si están sabiendo aplicarse en esta ardua tarea.

Durante algunos meses se podrán refugiar aún en la “herencia recibida”, que no han tardado en calificar de “envenenada” para ver si el adjetivo consigue permear la opinión pública y la publicada. El principal partido de la oposición se encuentra poco habilitado para la crítica pues todavía se le recuerda con facilidad como el principal culpable del estado de cosas. Pero es un argumento que tiene caducidad y no puede sostenerse durante toda una legislatura.

Por el momento, eso sí, no deja resultar llamativo cómo se han vuelto las tornas en cuanto al nivel de confianza en el gobierno y en la oposición. Según el último barómetro de Demoscopia para el diario El País, al 67 % de los encuestados Rubalcaba le inspiraba poca o ninguna confianza (entre ellos al 30% de los votantes socialistas). Esos datos eran los que habitualmente cosechaba Rajoy en la oposición. En el fondo, parece que muchos españoles, piensen lo que piensen en política, están deseando que el nuevo gobierno acierte… por la cuenta (corriente) que nos trae.

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